Política / La Directora General de Educación y Cultura presentó su
dimisión ante la virtual intervención administrativa que harían sobre su
cartera. Desde Gobernación confirman que la reemplaza la senadora provincial
del Frente para la Victoria, Nora de Lucia.
Nora De Lucía entra en reemplazo de Silvina Gvirtz. Una técnica por una especialista
Tres horas después de que la Directora General de Cultura y Educación,
Silvina Gvirtz, presentara su renuncia a la Dirección de Cultura y Educación,
desde Gobernación confirman que la senadora provincial del Frente para la
Victoria, Nora de Lucia, es la elegida para presidir la cartera de Educación.
Gvirtz tomó la decisión de renunciar como consecuencia de que el gobernador Daniel Scioli decidiera realizar un ajuste e incorporar a su cartera al ex secretario general de la Gobernación, Luciano di Gresia, junto con quien era el director general de Administración de la jefatura de Gabinete provincial, Walter Carbone.
En la carta en la que marcó su postura, la funcionaria saliente dejó un mensaje contundente y muy indicativo de las diferencias políticas con el Gobernador: “Soy maestra. No puedo bajo ningún punto de vista obrar en contra de mi identidad y de mis principales aliados en el esfuerzo por mejorar la educación de la provincia de Buenos Aires. Que de un día para otro, le exijan un recorte, ajuste (o como se lo quiera llamar) al área de Educación de una provincia, representa una época que Argentina no debería volver a vivir nuevamente”.
Con la salida de la funcionaria, de clara identificación kirchnerista, también se alejará toda la plana de funcionarios provinciales que estaban a cargo de la gestión educacional en la Provincia. “Entiendo que mi negativa a poner en riesgo el trabajo de los docentes, eslabón fundamental de la política educativa, lleva a intervenir la Dirección que tengo a cargo. Ante ello, no tengo otra opción que presentar mi renuncia”, explicó la Directora de Cultura y Educación.
La decisión de la funcionaria está directamente ligada con la intervención administrativa que sintió que le hacía el gobernador Daniel Scioli con la designación de nuevos funcionarios para el control del presupuesto de la cartera y para encarar un plan que tienda a reducir drásticamente el ausentismo docente.
“Estoy absolutamente de acuerdo en que se propusiera un plan de austeridad que permitiera detectar situaciones en donde se pudiera producir ahorro u optimización de recursos. El otorgamiento de licencias es un sector clave para ello, pero eso no es equivalente a plantear un ajuste como el que se me exige, y un Dirección General de Educación no puede tener como tarea sacar a docentes suplentes de su cargo", justificó Gvirtz.
El cortocircuito se había generado hace unos días y esta determinación era un secreto a voces que se logró apagar durante la jornada del miércoles, pero se hizo pública pasadas las 10 de la mañana de este jueves.
“La mayoría de los docentes trabaja, y además trabaja muy bien. No se merecen ser la variable de ajuste sólo porque la educación maneja una gran masa de recursos comparada a otras áreas”, remarcó la funcionaria que llegó a Educación en diciembre del 2011 cuando Mario Oporto dejó la cartera para ocupar una banca en la Cámara de Diptuados de Nación.
“No se trata de un estilo diferente de ver la política educativa. Es básicamente una concepción ideológica. La educación es mi convicción de vida. Es la convicción que me impide imagina a miles de docentes en la calle, expulsados por la misma Dirección que los incorporó”, adujo la ministra renunciante.
Por último, Gvirtz dejó en claro: “Yo seguiré como siempre y para siempre trabajando por la educación y por nuestro país. Ojalá que esta renuncia avive el debate sobre lo que deberían ser las prioridades de una gestión. Me despido con mucho dolor”, completó.
Gvirtz tomó la decisión de renunciar como consecuencia de que el gobernador Daniel Scioli decidiera realizar un ajuste e incorporar a su cartera al ex secretario general de la Gobernación, Luciano di Gresia, junto con quien era el director general de Administración de la jefatura de Gabinete provincial, Walter Carbone.
En la carta en la que marcó su postura, la funcionaria saliente dejó un mensaje contundente y muy indicativo de las diferencias políticas con el Gobernador: “Soy maestra. No puedo bajo ningún punto de vista obrar en contra de mi identidad y de mis principales aliados en el esfuerzo por mejorar la educación de la provincia de Buenos Aires. Que de un día para otro, le exijan un recorte, ajuste (o como se lo quiera llamar) al área de Educación de una provincia, representa una época que Argentina no debería volver a vivir nuevamente”.
Con la salida de la funcionaria, de clara identificación kirchnerista, también se alejará toda la plana de funcionarios provinciales que estaban a cargo de la gestión educacional en la Provincia. “Entiendo que mi negativa a poner en riesgo el trabajo de los docentes, eslabón fundamental de la política educativa, lleva a intervenir la Dirección que tengo a cargo. Ante ello, no tengo otra opción que presentar mi renuncia”, explicó la Directora de Cultura y Educación.
La decisión de la funcionaria está directamente ligada con la intervención administrativa que sintió que le hacía el gobernador Daniel Scioli con la designación de nuevos funcionarios para el control del presupuesto de la cartera y para encarar un plan que tienda a reducir drásticamente el ausentismo docente.
“Estoy absolutamente de acuerdo en que se propusiera un plan de austeridad que permitiera detectar situaciones en donde se pudiera producir ahorro u optimización de recursos. El otorgamiento de licencias es un sector clave para ello, pero eso no es equivalente a plantear un ajuste como el que se me exige, y un Dirección General de Educación no puede tener como tarea sacar a docentes suplentes de su cargo", justificó Gvirtz.
El cortocircuito se había generado hace unos días y esta determinación era un secreto a voces que se logró apagar durante la jornada del miércoles, pero se hizo pública pasadas las 10 de la mañana de este jueves.
“La mayoría de los docentes trabaja, y además trabaja muy bien. No se merecen ser la variable de ajuste sólo porque la educación maneja una gran masa de recursos comparada a otras áreas”, remarcó la funcionaria que llegó a Educación en diciembre del 2011 cuando Mario Oporto dejó la cartera para ocupar una banca en la Cámara de Diptuados de Nación.
“No se trata de un estilo diferente de ver la política educativa. Es básicamente una concepción ideológica. La educación es mi convicción de vida. Es la convicción que me impide imagina a miles de docentes en la calle, expulsados por la misma Dirección que los incorporó”, adujo la ministra renunciante.
Por último, Gvirtz dejó en claro: “Yo seguiré como siempre y para siempre trabajando por la educación y por nuestro país. Ojalá que esta renuncia avive el debate sobre lo que deberían ser las prioridades de una gestión. Me despido con mucho dolor”, completó.
